lunes, 16 de febrero de 2015

Solo en mi mente

Cada noche camino por estos pasillos, que se extienden tanto como la inmensidad del mar, recorro cada uno de ellos esperando que en una puerta encuentre la salida, unos son recuerdos de mi vida los cuales están olvidados en sucia madera y una perilla oxidada, otros están escondidos detrás de una cortina, sin ninguna protección, por los curiosos que puedan entrar a ver, y hay aquellas que están selladas con piedra, pero se distingue que es una puerta cerrada por el dueño, porque las memorias que se ocultan no son de su agrado o simplemente, es mejor dejar una parte del pasado enterrada, como sea, sigo caminando viendo cuadros sobre las paredes, donde se relata un pequeño fragmento de mi vida cotidiana, desde que me levanto a lavarme los dientes, hasta el momento del trabajo, pero varía según la forma que toma mi humor, el marco cambia de color debido a mí, puede tornarse blanco, indiferente, rojo amenazante, azul melancólico, o simplemente gris, sin especificar, desde que recuerdo nunca he visto un marco amarillo, totalmente amarillo, que representa felicidad, hay naranjas que son cosas buenas, pero no tan buenas, aun así sigo caminando esperar encontrar algo, algo que sé que perdí, algo que sé que debe estar por aquí, sin saber yo extravié algo que simplemente no recuerdo que es; pero sé que reconoceré cuando lo vea, sé que sabré que eso es, aun así perdí mi noción del tiempo que llevo aquí, no recuerdo cuando fue la última vez que comí estando fuera de aquí, es como tener amnesia, porque ahora que lo pienso, no recuerdo nada antes de entrar aquí, puedo ver mis memorias, pero no puedo ver en que parte de mi vida entre en este laberinto, y no sé si me pueda recuperar algún día, no sé si vuelva a ver la luz del día, aun así espero que sea pronto, los recuerdos solo son marcos, las puertas tienen límite de extensión, puedo entrar a una, pero si quiero salir de lo que recuerdo hay algo que me lo impide, una pared que se solidifica cuando trato de salir, cuando quiero caminar más allá de donde estuve, hay veces que los pasillos son estrechos y no se puede pasar, y hay otras en las que son amplios, tanto y más grandes que el de un gran hospital, con su pintura blanca ambiente estéril, contrario a los pequeños, sucios y con poca luz, sin accesos, pero con puertas tan pequeñas como para un gato, pero desde que estoy aquí jamás he visto un animal, ni hormigas ni gatos o perros, solo estoy yo, ocasionalmente los recuerdos tienen algo de sonido, que dura unos cuantos pasos al alejarse de ellos pero nada más, y si lo pienso bien, siento que a veces me han hablado, desde ningún lugar, llorando, como si hubiese muerto, y grito me desespero, me desgarro la garganta pero mi voz no alcanza esos oídos que anhelan palabras de mí, esas tristes y desconsoladas voces se desvanecen poco a poco, cada vez más, pero hace tiempo ya no las escucho, no sé si me he alejado mucho, o es un delirio por estar tanto tiempo aquí, como es que pareciera que fue ayer que estaba en un jardín lleno de flores, en primavera, con mi querida chica, la mujer más bella del mundo, y ahora perdido en los corredores infinitos de este lugar en el cual ninguna ventana existe, la luz proviene de linternas de aceite, o luces que parecen tubos fluorescentes, o en el peor de los casos antorchas, pero siempre me he mantenido en la luz de color blanco, y no digo que no sienta curiosidad, por saber que hay donde las antorchas llevan pero por lo regular el camino se hace estrecho y poco seguro, así que nunca me he arriesgado, pero al final creo que mi final está cerca, creo que no falta mucho para que llegue, hace tiempo que vago sin ningún rumbo, y también ya hace tiempo que quiero aliviar mi dolor, aunque no hay con que, me refiero a cometer suicidio, no hay armas lacerantes o un arma o una soga y las antorchas solo iluminan no he podido tomar una, no hay rastros de conexiones eléctricas, aunque en mi situación creo que no ayuda de mucho pues da igual, si muero espero no sea por inanición, sé que es horrible, pero no más horrible que esto, que este tormento de caminar hasta que mis pasos retumban por la soledad, hasta el punto que puedo oír mi corazón latir, y digo que debe terminar, pero no veo la hora de ese glorioso momento, de ese grato final, nunca fui malo, cometí los errores de humanos, sin pretexto de decir que no fui egoísta y mezquino, pero al final siento que me arrepiento, de no ser más esplendido, de no haber hecho más por la gente a mi alrededor, y solo pido que mi hermosa chica, sepa o supiera que ella fue lo mejor que me paso. Dejo de caminar… me tumbo en el suelo y cierro los ojos, parece que por fin el momento llego, siento tranquilidad y ganas de ver la luz pero tal vez eso no será posible otra vez, empiezo a perder el pulso poco a poco… escucho mi corazón apagarse, y mi saliva resbalar por mi garganta, y me voy con una sonrisa en los labios.



Fuera el respirador se apaga, la hora de la muerte es 3:40 pm y nadie hace compañía a quien acaba de dejar la vida que nadie envidia, siendo un vegetal por 10 años, estando en coma tanto tiempo, la gente lo dejo de lado, sin visitas después de 5 años, olvidado en un sótano de un viejo edificio de hospital, solo hay un ruido en el lugar donde hay más personas en su condición, el sonido de un pulsante de un tono que indica la falta de pulso, eso que lo mantenía vivo se detuvo por una falla eléctrica, su muerte fue indolora, pero eso no quita diez años de sufrimiento.